Aprenda a Gestionar Incompetentes

Puede que esté empezando a leer este texto porque piensa que vive rodeado de incompetentes. Y seguro que es cierto. Pero tenga también presente desde el inicio, que en esta historia usted es el incompetente principal. Si considera que más del 10% de las personas que le rodean son incompetentes, usted seguramente lo sea más.

mirarse-en-espejoNo se preocupe. Es normal que sea así. Cuando repasamos las limitaciones de nuestros colaboradores es posible que nos venga a la cabeza la máxima de que “con estos bueyes hay que arar”. Un principio que le va a resultar treméndamente práctico, siempre que usted mismo se incluya en la categoría de los semovientes.

Las grandes gestas de la humanidad, un hombre en la luna, la conquista de América no fueron hechas por un puñado de genios, sino por un puñado de incompetentes con más o menos suerte, más o menos coordinados, más o menos bien gestionados. Muchos niños prodigio acaban siendo un auténtico desastre, y un síndrome de Down ha llegado a ser abogado del estado. La clave está en la forma en que el talento ha sido gestionado. Hay personas ordinarias que hacen cosas extraordinarias; y otras personas que se creen extraordinarias, y son por ello de lo más ordinario.

Todos queremos gestionar bien las personas, pero pocos lo consiguen; de la misma forma que queremos ser más ricos o tener hijos estupendos, pero pocos alcanzan estas nobles aspiraciones. Vivimos en un mundo romántico que da excesiva importancia a los deseos. incompetencia

Aprender a dirigir personas no es cuestión de buenos deseos. Tampoco el mero desear la salud sirve de gran cosa. Es preciso conocer los principios de la buena salud, y hacer una aplicación sistemática de estos.

Existe un arte y una ciencia para dirigir bien colaboradores. No vale el “todo vale”, y el todo se aprovecha. Porque dar más formación a un empleado puede ser perjudicial, y en ocasiones ni la motivación ni la comunicación sirven para nada. 

El buenismo y el voluntarismo son dos grandes obstáculos para gestionar colaboradores. Ser bueno con las personas no es cuestión de buena voluntad. He visto mucho director bonachón, considerado odioso por su gente, y otros poco empáticos con una capacidad de arrastre emocional enorme.

En términos generales no hay directivos que no quieran llevarse bien con su gente. El malo siempre es el otro. Lo que hay es gente que trabaja bien las personas y gente que no.

En la primera escena de la reciente película “Bienvenido a Farewell-Gutmann” aparecen tres empleados del departamento de RRHH llevando, con mala cara, una corona de flores a la tumba del director del departamento. Los métodos de Ruiz parece que no eran los mejores. El muerto es “el malo”. Entonces, los tres empleados se postulan como candidatos. Tienen sus razones para aspirar al puesto. Al acabar la película queda claro que cualquiera de los tres es peor que el fallecido.

Nos gustaría ayudarle a recorrer el largo camino que media entre la aparición de un deseo y la consecución de un objetivo. Orientarlo en el proceso de concreción y aplicación de sus buenas intenciones, hasta convertirlas en hábitos estables de gestión.

Existen reglas para dirigir bien a las personas. No son muchas, ni son complicadas. Pero sí son difíciles de aplicar, porque interpelan a nuestras prioridades y a nuestra forma de ser como directivos.

A modo de aperitivo, le damos cuatro estrategias básicas, que sintetizan la entera ciencia de la dirección de personas:

1.         Dedicar tiempo a las personas

2.         Conocerlas en profundidad

3.         Aprender a diagnosticar

4.         Utilizar 4 herramientas básicas:

o          enseñar a trabajar,

o          premiar y castigar,

o          y agradecer.

Y lo más importante, cuestionarse continuamene si lo anterior se está haciendo correctamente.

AUTOR: Gabriel Ginebra Serrabou

18 respuestas to “Aprenda a Gestionar Incompetentes”

  1. Esto me recuerda a aquella frase que dice que todo el mundo sube hasta su nivel máximo de incompetencia. Lo que deberíamos hacer o intentar hacer es que este nivel esté lo más lejos posible. Y para ello entiendo que la formación, el reciclaje continuo y aprender de los mejores es la vía a
    seguir

  2. improvablog Says:

    Completamente de acuerdo contigo Jordi, además la base de todo ese aprendizaje es la humildad. El cuestionarse continuamente si nuestra forma de actuar es la correcta y no caer en el conformismo de que lo que hemos hecho nos ha dado resultado en un momento dado. Normalmente cuando hacemos algo bien, se han producido circunstancias fuera de nuestro control que han ayudado a que nos salgan bien las cosas, y no somos conscientes de ellas. Cambian las circunstancias y estaremos sometidos al error otra vez.
    Esa humildad no implica que debamos ir por la vida con las orejas gachas y el rabo entre las piernas, claro. Sino que debe servir para mostrarnos mucho más abiertos a los puntos de vista de los demás, sin renunciar de entrada a nuestro punto de vista. Parece contradictorio, pero funciona.

  3. improvablog Says:

    Otra puntualización Jordi, de los peores también se puede aprender.
    ¿Cómo, sino, se explica que Tiger Woods tenga un entrenador, que evidentemente no juega ni la mitad de bien que él?

    Como en el golf, en la vida todo el mundo puede dar un buen golpe. Sólo hay que fijarse en los buenos golpes, ¡hasta de los que consideramos menos competentes que nosotros!. Una persona a la que consideremos menos capacitada que nosotros, nos puede dar consejos excelentes, tiene mejor punto de vista que nosotros. Nada hay más difícil que verse a uno desde fuera, en plan viaje astral, y tomar conciencia de tus propios defectos.

    Más de una vez se me ha acercado un handicap alto en el campo de golf, después de verme fallar varios golpes de driver, y me ha dado un consejo del tipo ¿Has visto que te estás alineando a la derecha?, que me ha servido para remontar el juego.

  4. Cucufato Tibau Says:

    Creo que Gabriel tiene razón. Está en lo cierto. Él mismo es un ejemplo de incompetente que ayuda a saber tratar con incompetentes. Como ya se ha dicho en este blog la humildad es esencial para el maestro, y su arrogancia el mayor obstáculo. Para enseñar no es preciso ser más ni saber más que el discípulo.
    ¡Viva los incompetentes!
    Te apoyo,
    Cucufato

  5. robertmoore Says:

    No puedo estar más de acuerdo, el tomarse la vida y el ámbito profesional con humildad. Pero como tod, támbien esto tiene un límite. ¿Cual es ese límite? En esto, debo reconocer mi ignorancia, porque no lo sé.
    Quizás por eso, así se me va.

  6. Como decía Gracian hay tres niveles de sabiduría: los que saben, los que saben que no saben y los que no saben que no saben. Sócrates con su «sólo sé que no se nada» se situaba en el grupo del medio. Pero estar en el tercer grupo es muy lamentable. Curiosamente el tercer grupo es de los necios: quién se creen sabios sin serlo. El segundo grupo tiene el recurso de seguir a los sabios. El tercero padece la ignorancia supina: la que es insuperable, según los escolásticos.

    Supongo que por el principio de Dilbert, que es como el de Peter pero más avanzado, muchos del tercer tipo llegan a ser los jefes.

    No sé robertmoore si he respondido a tu inquietud, pero es un primer acercamiento.

  7. improvablog Says:

    Hola Robert,

    creo que nadie sabe donde está el límite. Todos actuamos con soberbia en ocasiones, rechazamos ideas sin profundizar en las razones del otro, o defendemos vehementemente, sin parar a pensar nuestras posiciones o sin tener en cuenta la opinión de otros por prejuicios adquiridos. Lo que marcará la diferencia es que seas capaz de identificar esas ocasiones y analizar si podrías haber actuado de otra manera o si el otro podía tener razón. Al final siempre te puedes llegar a plantear el utilizar una de las palabras más incómodas «perdón». ¿Cuantas veces has pedido disculpas a un colaborador por un error tuyo?
    Si al final de una discusión con un colaborador, no eres capaz de decidir entre lo que te plantea una persona del equipo y tus propios supuestos, tienes la opción de imponerte o arriesgarte. Si impones tu criterio y sale bien, no aproveches para alimentar tu ego, sigue pensando si la alternativa también habría funcionado, si finalmente descubres por´qué no había de funcionar explícaselo a tu subordinado. Si impones tu criterio deja claro antes que asumes el riesgo y después pide disculpas por no haber tenido en cuenta la propuesta, si tu alternativa no funciona.
    Si eligiendo su alternativa, sale mal, entended por qué y si se habrían evitado los problemas con la tuya. No es una buena idea aprovechar para reforzar tu ego «ya te lo decía». Tu función como jefe no es ser mejor que tu equipo ni que te vean como tal. Tu función principal es el desarrollo de tu equipo, y tu propio desarrollo. Eso es lo que te dará el resultado a largo. Lo demás es cortoplacismo.
    Lo realmente importante es la actitud de estar siempre buscando los límites, consciente de que no los alcanzarás. Siempre estarás mas cerca de ellos, pero nunca los verás, salvo que tu vida sea eterna.

  8. Ciertamente la realidad es un jefe incompetente rodeado de incompetentes. esto resulta en un «equipo de incompetentes». sin embargo, y apesar del principio» el todo no puede ser mayor que las partes» o «el efecto no puede sar mayor que la causa», resulta que un equipo de incompetentes puede dar como resultado un trabajo aceptablemente bueno. Descubrimos que estos principios no son aplicables a rrhh (recursos humanos)((yo pensaba que éramos «seres» humanos pero la modernidad nos cambió el nombre y ahora somos»recursos»)). Un equipo puede ser un equipo competente, formado por individuos incompetente. ¿? como puede ser esto? ¿ acaso hemos descubierto la piedra que convierte todo en oro? (mi amnesia me impide recordar el nombre de la maldita piedra). El principio de que el efecto no puede ser mayor que la causa se contrapone al de sinergia. En un equipo cada una de las personas que lo componen tiene habilidades, conocimientos y carencias. si el equipo está bien constituido- y esto es labor del jefe- es de esperar que las tales no sean idénticas para todas las personas que componen el equipo. el resultado es que la iteracción estimula las neuronas de unos y otros, se complementan habilidades y los conocimientos encajan como rompecabezas. el resultado…tatán!! un trabajo aceptable hecho por incompetentes. En fin, dejenme arroparme y rodearme de mi mullido equipo de incompetentes y que tengan buen dia.

  9. Mireia
    Tu comentario me ha parecido genial. Captas perfectamente el fondo y lo desarrollas plénamente en línea. Te añado algo más.

    Los incompetentes, paradógicamente, pueden acabar siendo los únicos competentes a largo plazo, entre otras cosas, porque la ecuación de la competencia real es: la competencia objetiva / sensación de competencia subjetiva. Es decir, que por muy bueno que fuera Ronaldinho cuando lo fichó el Barça, como se lo creyó a tal extremo, que su competencia descendió estrepitosamente. Esto hace que en general, el talento de los jugadores de futbol cuando lo fichan los grandes equipos desciende. Y pasa lo mismo con las grandes compañías, de forma casi inevitable.
    También es interesante pensar, como la sensación de incompetencia que nos genera la crisis actual, puede ser nuestra mejor baza para nuestra futura competencia. Un saludo de incompetente a incompetente.

  10. Fernando Says:

    Luego el «truco» es no creérselo. Y ello nos devuelve a la humildad como, paradójicamente, gran herramienta para superar nuestra incompetencia; o sea para pasar del segundo grupo de sabios al primero. Dejo aquí otra cita de San Agustín al respecto: «Examínate y no te contentes con lo que eres si quieres llegar a lo que no eres. Porque en el instante que te complazcas contigo mismo, te habrás parado».

  11. Hi han varies coses que m’han xocat tant en el blog com en els posts :

    A priori la paraula «incompetent» te un connotació peiorativa, mentre que el seu significat es tant sols el de que no te les competencies adecuades per fer allo que fa, pero no que no tingui altres competencies aprofitables (en la linia de lo escrit per la Mireia i que li contestes).

    En algún lloc es parla de «También es interesante pensar, como la sensación de incompetencia que nos genera la crisis actual, puede ser nuestra mejor baza para nuestra futura competencia.» que m’agradaria que expliquessis millor. M’agradaria creure que es així, peró potser la por que genera el «que ó quí vindrá després?» limita molt l’autoestima.

  12. es una pasada

  13. 212-9820384 Says:

    request: english

  14. improvablog Says:

    I’m afraid, not enough time for english translation, perhaps in the future.

    Best regards:

    Fernando

  15. Genial.

  16. Gabriel Ginebra Says:

    En alguna ocasión oí que la imperfección es una garantía de perdurabilidad. Los perfectos, mueren… o matan. Los incompetentes tenemos que seguir luchando, nos queda partido por delante. Pero es que la incompetencia es también la base de la cooperación entre los hombres (Aristóteles pensaba que Dios era perfecto y solitario), y es también la base del sentido del humor. ¿qué tal? nos sacamos la careta en tantos anuncios, declaraciones corporativas, valoraciones de colaboradores. Bienvenidos a la auténtica gestión de Personas, las del mundo de los incompetentes.

  17. Felicitaciones Gabriel por el post! Me ha encantado tu óptica!
    Aunque no sé si será más que el problema es que creamos que estamos rodeados de incompetentes, sino que, sepamos que estamos rodeados de ignorantes estúpidos.
    De ignorantes estúpidos que se creen que saben y van de lo que no son. Y en el camino ocasionan mucho daño.
    No se si el problema será, pues, gestionar personas ignorantes que quieren aprender, sino gestionar personas que piensan que lo saben todo y acaban siendo víctimas de su conocer. Y lo peor estropeando aquello que tienen entre manos.
    Y no sé si el problema será que muchos tenemos directores ignorantes que por querer aparentar que saben y errar tanto y tan torpemente sin aprender de lo que hacen, acaban siendo unos, perdona, auténtiicos borregos!
    Mi problema pues es que a veces tengo que vivir con ignorantes estúpidos que van de sobrados.
    Hay tantas organizaciones dirigidas por auténticos borregos, y tantas organizaciones llenas de estúpidos trabajadores ignorantes, que desgraciadamente acaban trabajando siempre los mismos: los auténticos ignorantes!

  18. I don’t even know the way I ended up here, but I believed this put up was once good. I do not realize who you are but definitely you’re going to a well-known blogger should you aren’t already. Cheers!

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